Vida Integral

Descripción general

La hepatitis C es una infección vírica que causa la hinchazón del hígado, denominada inflamación. La hepatitis C puede derivar en graves daños hepáticos. El virus de la hepatitis C (VHC) se propaga a través del contacto con sangre que contiene el virus.

Los nuevos medicamentos antivirales son el tratamiento de elección para la mayoría de las personas con hepatitis C crónica. Estos medicamentos a menudo pueden curar la hepatitis C crónica.

Pero muchas personas con hepatitis C no saben que la tienen. Esto se debe principalmente a que los síntomas pueden tardar décadas en aparecer. Por ello, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. recomienda que todos los adultos de entre 18 y 79 años se sometan a pruebas de detección de la hepatitis C.

Los exámenes de detección son para todos, incluso para quienes no presenten síntomas ni se sepa que tienen una enfermedad hepática.

Síntomas

Toda infección por hepatitis C de larga duración comienza con lo que se denomina fase aguda. La hepatitis C aguda no suele diagnosticarse porque rara vez causa síntomas. Cuando hay síntomas en esta fase, pueden incluir ictericia, fatiga, náuseas, fiebre y dolores musculares.

La infección prolongada por el virus de la hepatitis C se conoce como hepatitis C crónica. La hepatitis C crónica no suele presentar síntomas durante muchos años. Los síntomas solo aparecen cuando el virus daña el hígado lo suficiente como para causarlos.

Estos son algunos de los síntomas:

  • Sangrado con facilidad.
  • Tendencia a la formación de moretones.
  • Cansancio.
  • Negarse a comer.
  • Coloración amarillenta de la piel, llamada ictericia. Esto podría aparecer más en la gente blanca. También, amarilleamiento en la parte blanca de los ojos en personas blancas, negras y morenas.
  • Orina de color oscuro.
  • Picazón en la piel.
  • Acumulación de líquido en la zona del estómago, denominada ascitis.
  • Hinchazón en las piernas.
  • Pérdida de peso.
  • Confusión, somnolencia y dificultad para hablar, lo que se denomina encefalopatía hepática.
  • Vasos sanguíneos en forma de araña en la piel, llamados angiomas en araña.

La infección aguda por hepatitis C no siempre se vuelve crónica. Algunas personas eliminan la infección de su organismo después de la fase aguda. Esto se conoce como eliminación vírica espontánea. La terapia antivírica también ayuda a eliminar la hepatitis C aguda.

Causas

La infección por hepatitis C está causada por el virus de la hepatitis C (VHC). La infección se propaga cuando la sangre que tiene el virus entra en el torrente sanguíneo de una persona que no está afectada.

En todo el mundo, la infección por hepatitis C existe en varias formas, denominadas genotipos. Existen siete genotipos y 67 subtipos. El genotipo más común de la hepatitis C en Estados Unidos es el tipo 1.

La hepatitis C crónica sigue el mismo curso sea cual sea el genotipo del virus infeccioso. Pero el tratamiento puede variar en función del genotipo vírico. Sin embargo, los nuevos medicamentos antivirales pueden tratar muchos genotipos.

Factores de riesgo

Exámenes para la detección de la hepatitis C

La Comisión de servicios preventivos de los Estados Unidos recomienda que todos los adultos de entre 18 y 79 años se sometan a pruebas de detección de la hepatitis C. Las pruebas de detección son muy importantes para las personas con alto riesgo de exposición. Esto incluye:

  • Cualquier persona que se haya inyectado, esnifado o inhalado alguna vez una droga ilegal.
  • Cualquier persona que presente resultados atípicos en las pruebas hepáticas en las que no se haya encontrado la causa.
  • Bebés nacidos de una persona que tiene hepatitis C.
  • Personas embarazadas durante el embarazo.
  • Personal de atención médica y de urgencias que haya estado en contacto con sangre o se haya pinchado con una aguja.
  • Personas con hemofilia tratadas con factores de coagulación antes de 1987.
  • Personas sometidas a hemodiálisis de larga duración.
  • Personas que recibieron donaciones de sangre o trasplantes de órganos antes de 1992.
  • Parejas sexuales de cualquier persona diagnosticada de infección por hepatitis C.
  • Personas con infección por VIH.
  • Hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.
  • Personas sexualmente activas que van a empezar a tomar medicamentos para prevenir el VIH, llamada profilaxis preexposición o PrEP.
  • Cualquiera que haya estado en prisión.

Complicaciones

La infección por hepatitis C que se prolonga durante muchos años puede causar complicaciones graves, como:

  • Cicatrices en el hígado, denominadas cirrosis. La formación de cicatrices puede producirse después de décadas de infección por hepatitis C. La cicatrización hepática dificulta el funcionamiento del hígado.
  • Cáncer de hígado. Un pequeño número de personas con infección por hepatitis C contraen cáncer de hígado.
  • Insuficiencia hepática. Muchas cicatrices pueden hacer que el hígado deje de funcionar.

Prevención

Lo siguiente podría proteger contra la infección por hepatitis C:

  • Deja de consumir drogas ilegales. Si consumes drogas ilegales, busca ayuda.
  • Ten cuidado con las perforaciones corporales y los tatuajes. Para hacerte un piercing o un tatuaje, busca una tienda que sea conocida por ser limpia. Pregunta cómo se limpian los equipos. Asegúrate de que los empleados utilizan agujas estériles. Si los empleados no responden a tus preguntas, busca otra tienda.
  • Practica relaciones sexuales más seguras. No tengas relaciones sexuales sin protección con ninguna pareja cuyo estado de salud desconozcas. No tengas relaciones sexuales con más de una pareja. El riesgo de contraer hepatitis C a través del sexo para las parejas que solo mantienen relaciones sexuales entre sí es bajo.

Diagnóstico

Si un examen de detección muestra hepatitis C, otros análisis de sangre pueden:

  • Medir la cantidad de virus de la hepatitis C en la sangre, denominada carga viral.
  • Mostrar el genotipo del virus.

Pruebas de daño hepático

Una o más de las siguientes pruebas buscan daños hepáticos en la hepatitis C crónica.

  • Elastografía por resonancia magnética. Este diagnóstico por imágenes no invasivo puede realizarse en lugar de una biopsia hepática. Mezcla la tecnología de resonancia magnética con patrones formados por ondas sonoras que rebotan en el hígado. Esto crea un mapa que muestra los lugares donde el hígado está rígido. La rigidez del tejido hepático significa la cicatrización del hígado, denominada fibrosis.
  • Elastografía transitoria. Otra prueba de la rigidez hepática es un tipo de ecografía que envía vibraciones al hígado. La prueba mide la rapidez con que las vibraciones atraviesan el tejido hepático.
  • Biopsia de hígado. Esto suele hacerse utilizando ecografías como guía. Consiste en introducir una aguja fina en el hígado para extraer una pequeña muestra de tejido hepático que se analizará en un laboratorio.
  • Análisis de sangre. Una serie de análisis de sangre puede mostrar el grado de cicatrización del hígado.

Tratamiento

Medicamentos antivirales

Los medicamentos antivirales tratan la hepatitis C. Se utilizan para eliminar el virus del organismo. El objetivo del tratamiento es que no se encuentre ningún virus de la hepatitis C en el organismo durante al menos 12 semanas después de finalizar el tratamiento.

Algunos medicamentos antivirales más recientes, denominados de acción directa, tienen mejores resultados, menos efectos secundarios y tiempos de tratamiento más cortos. El tratamiento puede durar tan solo ocho semanas. La elección de los medicamentos y la duración del tratamiento dependen del genotipo de la hepatitis C, de si el hígado está dañado, de otras enfermedades y de tratamientos previos.

Durante todo el tratamiento, tu equipo de atención médica vigila la respuesta a los medicamentos y los efectos secundarios. El tratamiento con antivirales de acción directa suele durar 12 semanas.

Debido al ritmo de la investigación, los tratamientos cambian rápidamente. Así que lo mejor es discutir las opciones de tratamiento con un especialista.

Trasplante de hígado

El trasplante de hígado puede ser una opción en caso de daño hepático grave por hepatitis C crónica. Durante un trasplante de hígado, un cirujano extrae el órgano dañado y lo reemplaza por uno sano. La mayoría de los hígados trasplantados proceden de donantes fallecidos. Un pequeño número procede de donantes vivos que donan una parte de su hígado.

En la mayoría de los casos, el trasplante de hígado por sí solo no cura la hepatitis C. Es probable que la infección reaparezca. Esto significa más tratamiento con medicamentos antivirales para evitar daños en el nuevo hígado. Varios estudios han demostrado que los nuevos medicamentos antivirales curan la hepatitis C después de un trasplante. A veces, los nuevos antivirales pueden curar la hepatitis C antes de un trasplante de hígado.

Vacunas

No hay vacuna contra la hepatitis C. Pero es probable que un proveedor de atención médica recomiende vacunas contra los virus de la hepatitis A y B. Son virus que también pueden causar daños en el hígado y empeorar la hepatitis C.

Estilo de vida y remedios caseros

Ciertos cambios en el estilo de vida pueden ayudar a controlar la hepatitis C. Estas medidas pueden ayudarte a mantenerte sano durante más tiempo y a proteger la salud de los demás:

  • Deja de beber alcohol. El alcohol acelera la enfermedad hepática.
  • No tomes medicamentos que puedan dañar el hígado. Revisa con tu proveedor de atención médica todos los medicamentos que tomas. Es posible que tengas que dejar de tomar ciertos medicamentos.
  • Evita que las demás personas entren en contacto con tu sangre. Cubre las heridas que tengas. No compartas afeitadoras ni cepillos de dientes. No dones sangre, órganos ni semen. Informa al personal de atención médica que tienes el virus.
    Informa a tu pareja sobre tu infección antes de tener relaciones sexuales. Usa siempre preservativos durante las relaciones sexuales.

Preparación para la consulta

Si crees que puedes estar en riesgo de contraer la hepatitis C, consulta a tu proveedor de atención médica. Si te diagnostican una infección por hepatitis C, es posible que tu proveedor de atención médica te remita a un especialista en enfermedades hepáticas, llamado hepatólogo, o a un especialista en enfermedades infecciosas.

Qué puedes hacer

Considera la posibilidad de que te acompañe un familiar o un amigo a la cita para ayudarte a recordar la información que recibas.

Prepara una lista de lo siguiente:

  • Los resultados de la prueba. Si es la primera vez que acudes a un especialista en hígado después de haber sido diagnosticado de hepatitis C, anota los resultados de las pruebas a las que te has sometido. Esto incluye una biopsia de hígado para verificar si hay daños debidos a la infección crónica y un análisis de sangre para averiguar qué genotipo de hepatitis C tienes.
  • Los síntomas, incluidos aquellos que parecen no estar relacionados con el motivo por el que programaste la cita, y cuándo comenzaron.
  • Todos los medicamentos, las vitaminas y los suplementos que tomes, incluidas las dosis.
  • Preguntas para hacerle a tu proveedor de atención médica.

Algunas preguntas básicas sobre la hepatitis C son:

  • ¿Debería hacerme pruebas para detectar otras causas de enfermedad hepática, como la hepatitis B?
  • ¿Ha dañado mi hígado el virus de la hepatitis C?
  • ¿Necesito tratamiento para la hepatitis C?
  • ¿Cuáles son mis opciones de tratamiento?
  • ¿Cuáles son las ventajas de cada opción de tratamiento?
  • ¿Cuáles son los posibles riesgos de cada opción de tratamiento?
  • ¿Hay algún tratamiento que considere mejor para mí?
  • Tengo otras enfermedades. ¿Cómo afectarán el tratamiento de la hepatitis C?
  • ¿Deben realizarse mis familiares pruebas para detectar la hepatitis C?
  • ¿Puedo contagiar el virus de la hepatitis C a otras personas?
  • ¿Cómo puedo proteger a las personas que me rodean de la hepatitis C?
  • ¿Hay folletos u otros materiales que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?
  • ¿Qué determina si debo programar una cita de seguimiento?
  • ¿Es seguro para mi beber alcohol?
  • ¿Qué medicamentos debo evitar?

Asegúrate de hacer todas las preguntas que tengas sobre tu afección.

Qué esperar del médico

Es probable que tu proveedor de atención médica te haga algunas preguntas, como las siguientes:

  • ¿Has recibido alguna vez donaciones de sangre o un trasplante de órganos? Si es así, ¿cuándo?
  • ¿Alguna vez te has inyectado drogas ilegales?
  • ¿Te han diagnosticado hepatitis o ictericia?
  • ¿Hay alguien en tu familia que tenga hepatitis C?
  • ¿Hay antecedentes de enfermedad hepática en tu familia?

Rafael Sanchez Cardona. M.D. M.Sc.

Médico y Cirujano de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, Especializado con Master en Gastroenterología, Hepatología y Endoscopia Digestiva de la Universidad Católica de Murcia (España)

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