Vida Integral

Descripción general

Una fístula anal, también llamada “fístula en el ano”, es un túnel que se forma entre la región interna del ano y la piel exterior que lo rodea. El ano es la abertura muscular ubicada al final del tracto digestivo, por donde las heces salen del organismo.

La mayoría de las fístulas anales son el resultado de una infección que comienza en la glándula anal. Esta infección causa un absceso que drena por sí solo o que debe extraerse quirúrgicamente a través de la piel cerca del ano. Este túnel de supuración se mantiene abierto, y conecta la glándula anal infectada o el canal anal con un orificio en la piel exterior que rodea el ano.

Generalmente, se requiere cirugía para tratar una fístula anal. A veces, los tratamientos no quirúrgicos pueden ser una opción.

Síntomas

Los síntomas de una fístula anal pueden incluir lo siguiente:

  • Un orificio en la piel que rodea el ano
  • Un área roja e inflamada alrededor del orificio de túnel
  • Exudado de pus, sangre o heces por el orificio de túnel
  • Dolor en el recto y el ano, sobre todo al sentarse o defecar
  • Fiebre

Causas

La mayoría de las fístulas anales son producto de una infección que comienza en la glándula anal. Esta infección provoca un absceso que drena por sí solo o que debe drenarse quirúrgicamente a través de la piel cerca del ano. Una fístula es un túnel que se forma bajo la piel a lo largo de este tracto de secreción. El túnel conecta la glándula anal o el conducto anal con un orificio en la piel exterior que rodea el ano.

Los anillos del esfínter ubicados en la abertura del ano permiten controlar la defecación. Las fístulas se clasifican según la implicación de los músculos del esfínter. Esta clasificación permite al cirujano determinar las distintas opciones de tratamiento.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo para la fístula anal son los siguientes:

  • Abscesos anales que se hayan drenado con anterioridad
  • Enfermedad de Crohn u otra enfermedad intestinal inflamatoria
  • Traumatismo en la zona anal
  • Infecciones en la zona anal
  • Cirugía o radiación para el tratamiento de cáncer anal

Las fístulas anales son más habituales en los adultos de alrededor de 40 años, pero pueden ocurrirles a personas más jóvenes, en especial si tienen antecedentes de tener enfermedad de Crohn. Las fístulas anales ocurren con más frecuencia en los hombres que en las mujeres.

Complicaciones

Incluso si una fístula anal se trata de forma eficaz, es posible la recurrencia de un absceso y de una fístula anal. El tratamiento quirúrgico puede tener como consecuencia la incapacidad de contener las heces (incontinencia fecal).

Diagnóstico

Para diagnosticar una fístula anal, el proveedor de atención médica analizará los síntomas y te realizará una exploración física. El examen incluye observar el área alrededor del ano, así como el interior de este.

En general, la abertura externa de una fístula anal se puede observar fácilmente en la piel alrededor del ano. Sin embargo, encontrar la abertura interna de la fístula dentro del conducto anal es más complicado. Es importante conocer el recorrido completo de la fístula anal para que el tratamiento sea eficaz.

Se pueden utilizar una o más de las siguientes pruebas por imágenes para identificar el túnel de la fístula:

  • Resonancia magnética. Esta prueba permite identificar la ubicación del túnel de la fístula, y proporciona imágenes detalladas del músculo del esfínter y otras estructuras del suelo pélvico.
  • Ecografía endoscópica. Esta prueba, que utiliza ondas sonoras de alta frecuencia, permite identificar la fístula, los músculos del esfínter y los tejidos circundantes.
  • Fistulografía. Se trata de una radiografía de la fístula que utiliza un agente de contraste inyectado para identificar el túnel de la fístula anal.
  • Examen bajo anestesia. Un cirujano de colon y recto podría recomendar el uso de anestesia durante el examen de la fístula. Esto permite evaluar detenidamente el túnel de la fístula y puede ayudar a identificar cualquier posible complicación.

Otras opciones para identificar la abertura interna de la fístula incluyen las siguientes:

  • Sonda para fístula. Para identificar el túnel de la fístula, se utiliza un instrumento especialmente diseñado para insertarse a través de la fístula.
  • Anoscopio. Es un endoscopio pequeño que se usa para visualizar el conducto anal.
  • Sigmoidoscopia flexible o colonoscopia. Estos procedimientos consisten en usar un endoscopio para examinar el intestino grueso (colon). La sigmoidoscopia permite evaluar la parte inferior del colon (colon sigmoides). La colonoscopia, que examina la longitud completa del colon, es importante para detectar otros trastornos, especialmente si se sospecha de colitis ulcerativa o enfermedad de Crohn.
  • Inyección de una sustancia de contraste. Esto puede ayudar a localizar la abertura de la fístula.

Tratamiento

El tratamiento de una fístula anal depende de la ubicación, complejidad y causa de la fístula. Los objetivos son reparar la fístula anal por completo para prevenir la recurrencia y para proteger los músculos del esfínter. El daño en estos músculos puede provocar incontinencia fecal. Si bien se suele requerir cirugía, a veces, los tratamientos no quirúrgicos pueden ser una opción.

Las opciones quirúrgicas incluyen lo siguiente:

  • Fistulotomía. El cirujano corta la abertura interna de la fístula, raspa y enjuaga la zona para eliminar el tejido infectado y luego aplana el túnel y lo sutura. Para tratar una fístula más complicada, es posible que el cirujano deba extraer parte del túnel. La fistulotomía se puede realizar en dos etapas en el caso de que se deba cortar una cantidad importante de músculo esfínter o si no se puede encontrar el túnel completo.
  • Colgajo de avance endorrectal. El cirujano crea un colgajo a partir de la pared rectal antes de eliminar la abertura interna de la fístula. El colgajo se usa luego para cubrir la reparación. Este procedimiento puede reducir la cantidad de músculo esfínter que se debe cortar.
  • Ligadura del trayecto fistuloso interesfinteriano. La ligadura del trayecto fistuloso interesfinteriano es un tratamiento de dos etapas para fístulas más complejas o profundas. La ligadura del trayecto fistuloso interesfinteriano permite que el cirujano tenga acceso a la fístula que se encuentra entre los músculos del esfínter sin cortarlos. En primer lugar, se coloca un hilo de seda o látex (sedal) en el túnel fistuloso, lo que hace que se expanda con el tiempo. Varias semanas después, el cirujano quita el tejido infectado y cierra la abertura interna de la fístula.

Las opciones no quirúrgicas incluyen lo siguiente:

  • Colocación del sedal. El cirujano coloca un sedal en la fístula para ayudar a drenar la infección. Esto permite que el túnel cicatrice. Este procedimiento se puede combinar con cirugía.
  • Sellador de fibrina y tapón de colágeno. El cirujano limpia el túnel y sutura la abertura interna. Luego, se inyecta un sellador especial preparado con una proteína fibrosa (fibrina) a través de la abertura externa de la fístula. El túnel de la fístula anal también se puede sellar con un tapón de proteína de colágeno para luego cerrarlo.
  • Medicamentos. Los medicamentos pueden formar parte del tratamiento si la enfermedad de Crohn es la causa de la fístula anal.

En casos de fístulas anales complejas, se pueden recomendar procedimientos quirúrgicos más invasivos, como los siguientes:

  • Ostomía y estoma. El cirujano crea una abertura temporal en el abdomen para desviar los intestinos del conducto anal. Los desechos se recolectan en una bolsa en el abdomen. Este procedimiento le brinda tiempo a la zona anal para que cicatrice.
  • Colgajo de músculo. En las fístulas anales muy complejas, el túnel se puede rellenar con tejido muscular sano del muslo, los labios vulvares o los glúteos.

Modo de vida y remedios caseros

El proveedor de atención médica puede sugerirte medidas para que te sientas más cómodo durante la recuperación:

  • Toma un medicamento analgésico según lo necesites.
  • Toma un baño de asiento tibio.
  • Incorpora fibra a tu alimentación y toma mucho líquido para prevenir el estreñimiento.
  • Evita hacer fuerza durante las deposiciones.

Preparación para la consulta

Si tienes una fístula anal, es posible que te remitan a un especialista en enfermedades digestivas (gastroenterólogo) o a un cirujano de colon y recto.

A continuación, encontrarás información que te ayudará a prepararte para la cita médica.

Qué puedes hacer

Cuando programes la cita médica, pregunta si hay algo que debas hacer con anticipación, como hacer ayuno por cierto tiempo antes de someterte a una prueba determinada. Prepara una lista de lo siguiente:

  • Los síntomas, incluso si parecen no estar relacionados con el motivo de la cita médica.
  • Información personal clave, lo que incluye situaciones de estrés importantes, cambios recientes en tu vida y antecedentes médicos personales y familiares.
  • Todos los medicamentos, vitaminas y suplementos a base de plantas medicinales y de otro tipo que tomes, incluidas las dosis.
  • Preguntas para hacerle al proveedor de atención médica.

Estas son algunas preguntas básicas que puedes hacer:

  • ¿Cuál puede ser la causa de mis síntomas?
  • ¿Existen otras causas posibles de mis síntomas?
  • ¿Necesito hacerme alguna prueba?
  • ¿Esta afección suele ser temporal o crónica?
  • ¿Hay alguna sugerencia sobre alimentación que debería seguir?
  • ¿Hay alguna restricción que deba seguir?
  • ¿Qué tratamiento me recomienda?
  • ¿Cuáles son las alternativas al enfoque principal que me indica?
  • Tengo otras afecciones médicas. ¿Cuál es la mejor manera de controlarlas conjuntamente?
  • ¿Hay folletos u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?

No dudes en hacer cualquier otra pregunta que te surja durante la cita médica.

Qué esperar del médico

Es posible que el proveedor de atención médica te pregunte lo siguiente:

  • ¿Cuándo comenzaron los síntomas?
  • ¿Los síntomas fueron continuos u ocasionales?
  • ¿Qué gravedad tienen los síntomas?
  • ¿Dónde sientes más los síntomas?
  • ¿Hay algo que parezca mejorar los síntomas?
  • ¿Hay algo que parezca empeorar los síntomas?
  • ¿Tienes alguna otra afección, como la enfermedad de Crohn?
  • ¿Tienes problemas de estreñimiento?

Rafael Sanchez Cardona. M.D. M.Sc.

Médico y Cirujano de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, Especializado con Master en Gastroenterología, Hepatología y Endoscopia Digestiva de la Universidad Católica de Murcia (España)

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