Descripción general
La enfermedad de Crohn es un tipo de enfermedad intestinal inflamatoria. Provoca la hinchazón de los tejidos (inflamación) del tracto digestivo, que a su vez puede producir dolor abdominal, diarrea grave, cansancio, pérdida de peso y malnutrición.
La inflamación que se produce como resultado de la enfermedad de Crohn puede afectar distintas zonas del tracto digestivo según la persona, en la mayoría de los casos, el intestino delgado. La inflamación suele ampliarse a las capas más profundas del intestino.
La enfermedad de Crohn puede ser dolorosa y debilitante, y, en algunos casos, puede llevar a complicaciones que pueden poner en riesgo la vida.
No hay una cura conocida para la enfermedad de Crohn, pero existen terapias que pueden reducir considerablemente sus signos y síntomas, y que incluso pueden lograr una remisión a largo plazo y la desinflamación del intestino. Muchos pacientes con enfermedad de Crohn pueden tener una vida normal con la ayuda de un tratamiento.
Síntomas
En la enfermedad de Crohn, se puede ver afectada cualquier parte del intestino delgado o grueso. Puede afectar varios segmentos o ser continua. En algunas personas, la enfermedad se encuentra solo en el colon, que forma parte del intestino grueso.
Los signos y síntomas de la enfermedad de Crohn pueden variar de leves a graves. Suelen desarrollarse progresivamente, aunque pueden manifestarse de repente, sin aviso. Además, es posible que haya períodos de tiempo en los que no tengas signos ni síntomas (remisión).
Cuando la enfermedad está activa, entre los síntomas, normalmente se incluyen los siguientes:
- Diarrea
- Fiebre
- Fatiga
- Dolor y cólicos abdominales
- Presencia de sangre en las heces
- Aftas
- Disminución del apetito y pérdida de peso
- Dolor o secreción cerca o alrededor del ano debido a la inflamación de un conducto en la piel (fístula)
Otros signos y síntomas
Las personas con enfermedad de Crohn grave también pueden presentar síntomas fuera del tracto intestinal, que incluyen:
- Inflamación de la piel, los ojos y las articulaciones
- Inflamación del hígado o de los conductos biliares
- Cálculos renales
- Deficiencia de hierro (anemia)
- Retraso en el crecimiento o el desarrollo sexual, en el caso de los niños
Cuándo debes consultar a un médico
Consulta a tu médico si tienes cambios persistentes en tus hábitos intestinales o si tienes alguno de los signos y síntomas de la enfermedad de Crohn, como los siguientes:
- Dolor abdominal
- Presencia de sangre en las heces
- Náuseas y vómitos
- Diarrea que persiste más de dos semanas
- Pérdida de peso sin causa aparente
- Fiebre que se suma a los síntomas anteriores
Causas
Se desconoce la causa exacta de la enfermedad de Crohn. Anteriormente, se sospechaba que la dieta y el estrés eran la causa. Sin embargo, en la actualidad los médicos saben que estos factores pueden agravar los síntomas, pero no causan la enfermedad de Crohn. Varios factores probablemente influyan en su desarrollo.
- Sistema inmunitario. Es posible que un virus o una bacteria desencadene la enfermedad de Crohn. Sin embargo, los científicos aún tienen que identificar cuál es ese desencadenante. Cuando el sistema inmunitario intenta combatir un microorganismo invasor o desencadenantes ambientales, se produce una respuesta inmunitaria anormal que hace que el sistema inmunitario también ataque las células del tubo digestivo.
- Herencia biológica. La enfermedad de Crohn es más común entre las personas que tienen familiares con esta enfermedad, por lo que la trasmisión genética puede influir en la probabilidad de tener esta enfermedad. Sin embargo, la mayoría de las personas con la enfermedad de Crohn no tiene antecedentes familiares de la enfermedad.
Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo para la enfermedad de Crohn, se incluyen los siguientes:
- Edad. La enfermedad de Crohn puede desarrollarse a cualquier edad, pero esta afección suele iniciarse durante la juventud. En su mayoría, a las personas que desarrollan la enfermedad de Crohn se les diagnostica esta enfermedad antes de los 30 años de edad.
- Origen étnico. Aunque la enfermedad de Crohn puede afectar a cualquier grupo étnico, las personas blancas tienen el mayor riesgo, especialmente las personas de ascendencia judía de Europa del Este (Ashkenazi). Sin embargo, la incidencia de la enfermedad de Crohn está aumentando entre las personas negras que viven en América del Norte y el Reino Unido. La enfermedad de Crohn también se observa cada vez más en la población de Medio Oriente y en inmigrantes en Estados Unidos.
- Antecedentes familiares. Tienes un mayor riesgo si tienes un familiar de primer grado, como un padre, un hermano o un hijo, con la enfermedad. Hasta 1 de cada 5 personas con la enfermedad de Crohn tiene un familiar con la misma enfermedad.
- Fumar. Fumar es el factor de riesgo controlable más importante para el desarrollo de la enfermedad de Crohn. Fumar también puede empeorar la enfermedad y aumentar el riesgo de necesitar una cirugía. Si fumas, es importante que dejes de hacerlo.
- Medicamentos antiinflamatorios no esteroides. Estos incluyen ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros), naproxeno sódico (Aleve), diclofenaco sódico y otros. Aunque estos no causan la enfermedad de Crohn, pueden provocar inflamación del intestino, lo que empeora la afección.
Complicaciones
La enfermedad de Crohn puede provocar una o más de las siguientes complicaciones:
- Obstrucción intestinal. La enfermedad de Crohn puede afectar a todo el grosor de la pared intestinal. Con el transcurso del tiempo, algunas partes del intestino pueden estrecharse y formar cicatrices, lo que puede bloquear el flujo de los contenidos digestivos y se conoce como “constricción”. Es posible que debas someterte a una cirugía para que ensanchen la constricción o, en algunos casos, para que extirpen la parte del intestino afectada por la enfermedad.
- Úlceras. La inflamación crónica puede provocar llagas abiertas (úlceras) en cualquier parte del tubo digestivo, incluidos la boca y el ano, y en el área genital (perineo).
- Fístulas. Algunas úlceras pueden extenderse completamente a través de la pared intestinal, lo que provoca una fístula, es decir, una conexión anormal entre diferentes partes del cuerpo. Las fístulas pueden aparecer entre el intestino y la piel, o bien entre el intestino y otro órgano. Las fístulas cercanas o alrededor del área anal (perianales) son las más frecuentes.
Si las fístulas se forman en el interior del abdomen, podrían provocar infecciones y abscesos, que son acumulaciones de pus. Si no se tratan a tiempo, podrían ser mortales. Las fístulas pueden formarse entre las curvas del intestino, en la vejiga o la vagina, o bien atravesar la piel, lo que provoca la secreción continua del contenido intestinal a la piel. - Fisura anal. Se trata de una pequeña rotura en el tejido que recubre el ano o en la piel que se encuentra alrededor del ano, lo que favorece la formación de infecciones. Se asocia con deposiciones dolorosas y es posible que provoque una fístula perianal.
- Desnutrición. La presencia de diarrea, dolor abdominal o calambres puede dificultar la ingesta de alimentos o la absorción intestinal de los nutrientes necesarios para una buena salud. También es común padecer anemia debido a los bajos niveles de hierro o vitamina B12 que provoca la enfermedad.
- Cáncer de colon. Padecer la enfermedad de Crohn, que afecta al colon, aumenta el riesgo de padecer cáncer de colon. Las pautas generales para la detección del cáncer de colon en las personas que no tienen enfermedad de Crohn indican hacer una colonoscopia cada 10 años, como mínimo, a partir de los 45 años. En aquellos casos en los que la enfermedad de Crohn afecte a gran parte del colon, se aconseja realizar una colonoscopia para detectar cáncer de colon a los 8 años tras el inicio de la enfermedad y, por lo general, cada 1 o 2 años. Pregúntale a tu médico si debes hacerte este examen antes y con mayor frecuencia.
- Trastornos de la piel. Muchas de las personas que padecen la enfermedad de Crohn también pueden padecer hidradenitis supurativa. La hidradenitis supurativa es un trastorno cutáneo que provoca abscesos, túneles y nódulos profundos en axilas, ingles, debajo del pecho y en la zona genital o perianal.
- Otros problemas de salud. La enfermedad de Crohn también puede provocar problemas en otras partes del cuerpo. Entre estos problemas se encuentran la carencia de hierro (anemia), la osteoporosis, la artritis y las enfermedades hepáticas o de la vesícula biliar.
- Riesgos de los medicamentos. Algunos fármacos para el tratamiento de la enfermedad de Crohn, que bloquean las funciones del sistema inmunitario, están asociados con un bajo riesgo de padecer cánceres, como el linfoma y el cáncer de piel. También aumentan el riesgo de presentar infecciones.
Los corticoides se asocian con el riesgo de padecer osteoporosis, cataratas, glaucoma, diabetes y de sufrir presión arterial alta y fracturas de huesos, entre otras afecciones. Habla con tu médico para determinar los riesgos y los beneficios de los medicamentos. - Coágulos sanguíneos. La enfermedad de Crohn aumenta el riesgo de formación de coágulos en las venas y las arterias.
Diagnóstico
Tu médico probablemente te diagnostique la enfermedad de Crohn solo después de haber descartado otras causas posibles de tus signos y síntomas. No existe un único examen para diagnosticar la enfermedad de Crohn.
Probablemente, tu médico utilice una combinación de exámenes para confirmar el diagnóstico de enfermedad de Crohn; entre dichos exámenes, se pueden mencionar:
Análisis de laboratorio
- Análisis de sangre. El médico podría sugerirte análisis de sangre para controlar que no haya anemia (una afección que se caracteriza por la falta de glóbulos rojos para transportar la cantidad adecuada de oxígeno a los tejidos) ni signos de infección.
Es posible que el médico también haga otras pruebas para evaluar los niveles de inflamación, el funcionamiento del hígado o la presencia de infecciones inactivas, como la tuberculosis. También pueden hacerte un análisis de sangre para detectar la presencia de inmunidad contra infecciones. - Estudios de las heces. Es posible que debas proporcionar una muestra de heces para que el médico pueda examinarla para detectar sangre oculta u organismos, como bacterias que causan infecciones o, en raros casos, parásitos.
Procedimientos
- Colonoscopia. Esta prueba le permite al médico observar todo el colon y el final del íleon (íleon terminal) usando un tubo delgado, flexible e iluminado que tiene una cámara en el extremo. Durante el procedimiento, el médico también puede tomar pequeñas muestras de tejido (biopsia) para realizar análisis de laboratorio, lo que podría ayudar a hacer un diagnóstico. Los grupos de células inflamatorias llamadas “granulomas” pueden sugerir un diagnóstico de enfermedad de Crohn.
- Tomografía computarizada. Es posible que te hagan una tomografía computarizada, una técnica de rayos X especial que brinda información más detallada que la radiografía estándar. Mediante esta prueba, se observa todo el intestino y los tejidos del exterior que lo rodean.
La enterografía por tomografía computarizada es una tomografía computarizada especial que consiste en tomar un medio de contraste por vía oral para obtener imágenes de contraste intravenoso de los intestinos. Esta prueba ofrece mejores imágenes del intestino delgado y ha reemplazado a las radiografías con bario en muchos centros médicos. - Resonancia magnética. Un escáner de resonancia magnética utiliza un campo magnético y ondas de radio para crear imágenes detalladas de los órganos y los tejidos. La resonancia magnética es particularmente útil para evaluar una fístula alrededor del área anal (resonancia magnética pélvica) o del intestino delgado (enterografía por resonancia magnética).
A veces, se puede realizar una enterografía por resonancia magnética para comprobar el estado o el avance de la enfermedad. Esta prueba puede usarse en lugar de la enterografía por tomografía computarizada para reducir el riesgo de exposición a la radiación, especialmente en personas más jóvenes. - Cápsula endoscópica. Para esta prueba, tendrás que tragar una cápsula que tiene una cámara en su interior. La cámara toma fotografías del intestino delgado y las envía a una grabadora que usas en tu cinturón. Luego, las imágenes se descargan a una computadora, se muestran en un monitor y se revisan en busca de signos de la enfermedad de Crohn. La cámara se desecha sin dolor a través de las heces.
Es posible que, de todos modos, necesites una endoscopia con una biopsia para confirmar un diagnóstico de enfermedad de Crohn. La prueba con cápsula endoscópica no se debe realizar si hay sospechas de constricción u obstrucción (bloqueo) intestinal. - Enteroscopia asistida por globo. Para esta prueba, se usa un endoscopio junto con un dispositivo llamado “sobretubo”. Esto le permite al médico explorar más profundamente áreas del intestino delgado donde los endoscopios estándar no llegan. Esta técnica es útil cuando la cápsula endoscópica muestra anomalías, pero no es suficiente para establecer un diagnóstico claro.
Tratamiento
Actualmente no existe una cura para la enfermedad de Crohn y no existe un tratamiento único que funcione para todos. Uno de los objetivos del tratamiento médico es reducir la inflamación que desencadena los signos y síntomas. Otro objetivo es mejorar el pronóstico a largo plazo limitando las complicaciones. En el mejor de los casos, esto puede producir no solo un alivio de los síntomas, sino también una remisión de la enfermedad a largo plazo.
Medicamentos antiinflamatorios
Por lo general, los medicamentos antiinflamatorios son el primer paso en el tratamiento de la enfermedad intestinal inflamatoria. Por ejemplo:
- Corticoides. Los corticoides como la prednisona y la budesonida (Entocort EC) pueden ayudar a reducir la inflamación del cuerpo, pero no funcionan para todas las personas con enfermedad de Crohn.
Los corticoides pueden usarse a corto plazo (de 3 a 4 meses) para mejorar los síntomas e inducir la remisión. Los corticoides también se pueden utilizar en combinación con un supresor del sistema inmunitario para potenciar el beneficio de otros medicamentos. Luego, con el tiempo, se disminuyen. - 5-aminosalicilatos orales. Por lo general, estos medicamentos no son beneficiosos en la enfermedad de Crohn. Entre ellos, se incluyen la sulfasalazina (Azulfidine), que contiene sulfa, y la mesalamina (Delzicol, Pentasa, otros). Los 5-aminosalicilatos orales se utilizaban ampliamente en el pasado, pero ahora se considera que aportan un beneficio muy limitado.
Inhibidores del sistema inmunitario
Estos medicamentos también reducen la inflamación, pero atacan a tu sistema inmunitario, que produce las sustancias que causan la inflamación. Para algunas personas, una combinación de estos medicamentos funciona mejor que un medicamento solo.
Algunos supresores del sistema inmunitario son:
- Azatioprina (Azasan, Imuran) y mercaptopurina (Purinethol, Purixan). Estos son los inmunosupresores más utilizados para el tratamiento de la enfermedad intestinal inflamatoria. El consumo de estos medicamentos requiere de un seguimiento cuidadoso por parte de tu médico y análisis de sangre periódicos para identificar efectos secundarios, como por ejemplo, una disminución en la resistencia a infecciones o la inflamación del hígado. También pueden producir náuseas y vómitos.
- Metotrexato (Trexall). Este medicamento se utiliza a veces en las personas con enfermedad de Crohn que no responden bien a otros medicamentos. Deberás someterte a un seguimiento minucioso para detectar posibles efectos secundarios.
Medicamentos biológicos
Esta clase de terapias se dirige a las proteínas producidas por el sistema inmunitario. Entre los tipos de medicamentos biológicos que se utilizan para tratar la enfermedad de Crohn se incluyen los siguientes:
- Vedolizumab (Entyvio). Este fármaco actúa evitando que determinadas moléculas celulares del sistema inmunitario, las integrinas, se unan a otras células del recubrimiento intestinal. Vedolizumab es un agente específico para el intestino y está indicado para la enfermedad de Crohn. Natalizumab, un medicamento similar al vedolizumab, se utilizaba antes como tratamiento para la enfermedad de Crohn, pero dejó de utilizarse por los posibles efectos secundarios que generaba, como enfermedad cerebral mortal.
- Infliximab (Remicade), adalimumab (Humira) y certolizumab pegol (Cimzia). También conocidos como inhibidores del factor de necrosis tumoral, estos fármacos actúan neutralizando una proteína del sistema inmunitario conocida como “factor de necrosis tumoral”.
- Ustekinumab (Stelara). Se aprobó recientemente para tratar la enfermedad de Crohn; interfiere con la acción de una interleucina, que es una proteína implicada en la inflamación.
- Risankizumab (Skyrizi). Este medicamento actúa contra la molécula interleucina-23 y se aprobó recientemente para el tratamiento de la enfermedad de Crohn.
Antibióticos
En las personas con enfermedad de Crohn, los antibióticos reducen la secreción de las fístulas y los abscesos y, en algunos casos, también los cicatrizan. Además, algunos investigadores creen que los antibióticos ayudan a reducir las bacterias nocivas que pueden estar causando la inflamación en el intestino. Los antibióticos que se suelen recetar con frecuencia incluyen ciprofloxacina (Cipro) y metronidazol (Flagyl).
Otros medicamentos
Además de controlar la inflamación, es posible que algunos medicamentos ayuden a aliviar los signos y síntomas. Sin embargo, debes consultar siempre con el médico antes de tomar medicamentos de venta libre. Según la gravedad de la enfermedad de Crohn, es posible que el médico te recomiende uno o más de los siguientes:
- Antidiarreicos. Un suplemento de fibras, como el psilio en polvo (Metamucil) o la metilcelulosa (Citrucel), puede ayudar a aliviar la diarrea leve a moderada, ya que incrementa el volumen de las heces. Para la diarrea aguda, la loperamida (Imodium A-D) puede ser eficaz.
Estos medicamentos podrían ser ineficaces o incluso perjudiciales en algunas personas con constricciones o determinadas infecciones. Consulta al proveedor de atención médica antes de tomar estos medicamentos. - Analgésicos. Para dolores leves, es posible que el médico te recomiende acetaminofén (Tylenol u otros) pero no otros analgésicos comunes, como ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros) o naproxeno sódico (Aleve). Estos medicamentos pueden empeorar los síntomas, así como también la enfermedad.
- Vitaminas y suplementos. Si tu cuerpo no absorbe suficientes nutrientes, el médico puede recomendarte vitaminas y suplementos nutricionales.
Terapia nutricional
Es posible que el médico te recomiende una dieta especial por boca o sonda de alimentación (nutrición enteral), o bien la inyección de nutrientes en una vena (nutrición parenteral) si tienes la enfermedad de Crohn. Esto puede mejorar la nutrición en general y darle un descanso al intestino. El descanso intestinal puede reducir la inflamación en el corto plazo.
Tu médico puede utilizar la terapia nutricional a corto plazo y combinarla con medicamentos, como supresores del sistema inmunitario. Las nutriciones enteral y parenteral suelen utilizarse para mejorar la salud de los pacientes antes de una cirugía o cuando otros medicamentos no logran controlar los síntomas.
Es posible que tu médico también te recomiende una dieta con bajo contenido de residuos o de fibras para reducir el riesgo de obstrucción intestinal si tienes estrechamiento (constricción). Una dieta con bajo contenido de residuos reduce el tamaño y la cantidad de heces.
Cirugía
Si la dieta y los cambios en el estilo de vida, la terapia con medicamentos u otros tratamientos no alivian los signos y síntomas, el médico podría recomendarte una cirugía. Casi la mitad de las personas que padecen la enfermedad de Crohn requerirán, al menos, una cirugía. Sin embargo, la cirugía no cura la enfermedad de Crohn.
Durante la cirugía, el cirujano extrae la porción dañada del tubo digestivo y después reconecta las secciones sanas. La cirugía también puede usarse para cerrar fístulas y drenar abscesos.
Los beneficios de la cirugía para la enfermedad de Crohn suelen ser temporales. En general, la enfermedad vuelve a aparecer y suele hacerlo cerca del tejido reconectado. El mejor enfoque es realizar un seguimiento de la cirugía con medicamentos para minimizar el riesgo de recurrencia.
Estilo de vida y remedios caseros
A veces puedes sentirte impotente ante la enfermedad de Crohn. Sin embargo, los cambios en la alimentación y el estilo de vida pueden ayudar a controlar los síntomas y prolongar los períodos entre brotes.
Alimentación
No hay evidencia establecida que asegure que lo que uno come realmente provoca la enfermedad intestinal inflamatoria. Pero hay determinados alimentos y bebidas que empeoran los signos y síntomas, en especial, durante un brote.
Podría ser útil llevar un diario de comidas para hacer el seguimiento de lo que comes y cómo te sientes. Si descubres que algunos alimentos provocan un agravamiento de los síntomas, puedes tratar de eliminarlos.
Estas son algunas sugerencias generales sobre alimentación que pueden ayudarte a controlar tu afección:
- Reduce el consumo de productos lácteos. Muchas personas con enfermedad intestinal inflamatoria descubren que algunos problemas, como la diarrea, el dolor abdominal o los gases, mejoran al reducir o eliminar el consumo de productos lácteos. Es posible que seas intolerante a la lactosa, es decir, el cuerpo no puede digerir el azúcar de la leche (lactosa) que está presente en los productos lácteos. Puede ser útil utilizar un preparado enzimático, como Lactaid.
- Come porciones de comida pequeñas. Consumir cinco o seis raciones pequeñas por día en lugar de dos o tres grandes podría caerte mejor.
- Bebe mucho líquido. Procura beber mucho líquido todos los días. El agua es la mejor opción. El alcohol y las bebidas que contienen cafeína estimulan los intestinos y pueden empeorar la diarrea, mientras que las bebidas carbonatadas producen gases.
- Considera un suplemento multivitamínico. Como la enfermedad de Crohn puede afectar la capacidad de absorber nutrientes y dadas las limitaciones nutricionales, los suplementos multivitamínicos y de minerales suelen ser útiles. Consulta a tu médico antes de tomar cualquier vitamina o suplemento.
- Consulta a un dietista. Si comienzas a perder peso o tu alimentación se ha vuelto demasiado limitada, habla con un dietista matriculado.
Tabaquismo
Fumar aumenta el riesgo de padecer enfermedad de Crohn. Y, una vez que la padeces, continuar con el hábito puede empeorarla. Los fumadores con enfermedad de Crohn tienen más probabilidades de tener recaídas, y necesitan medicamentos y volver a someterse a cirugías. Dejar de fumar puede mejorar la salud general de tu tracto digestivo y puede brindarte otros beneficios de salud.
Estrés
Si bien el estrés no es causante de la enfermedad de Crohn, puede hacer que tus signos y síntomas empeoren, y puede provocar brotes. Aunque no siempre se puede evitar el estrés, puedes aprender formas de controlarlo, como por ejemplo:
- Hacer ejercicio. El ejercicio, aunque sea suave, puede ayudar a reducir el estrés, aliviar la depresión y normalizar la función intestinal. Habla con tu médico sobre un plan de ejercicios que sea adecuado para ti.
- Biorretroalimentación. Esta técnica para reducir el estrés puede ayudarte a aflojar la tensión muscular y bajar el ritmo cardíaco, con la ayuda de una máquina de biorretroalimentación. El objetivo es ayudarte a que logres un estado de relajación para que te resulte más fácil lidiar con el estrés.
- Ejercicios periódicos de relajación y respiración. Una manera de afrontar el estrés es practicando regularmente las técnicas de relajación y de respiración lenta y profunda para calmarte. Puedes tomar clases de yoga y meditación, o bien usar libros, CD o DVD en tu hogar.
Medicina alternativa
Muchas personas con enfermedad de Crohn han usado algún tipo de medicina complementaria y alternativa como tratamiento. Sin embargo, existen pocos estudios bien diseñados sobre la seguridad y la eficacia de estos tratamientos.
Estrategias de afrontamiento y apoyo
La enfermedad de Crohn no te afecta solo físicamente, sino que también tiene un impacto emocional. Si los signos y síntomas son graves, es posible que tu vida gire en torno a la necesidad constante de tener que correr al baño. Incluso si tus síntomas son leves, los gases y el dolor abdominal pueden hacer que te resulte difícil estar en lugares públicos. Todos estos factores pueden alterar tu vida y provocar depresión. Estas son algunas de las cosas que puedes hacer:
- Infórmate. Una de las mejores maneras de tener un mayor control es estar lo más informado posible sobre la enfermedad de Crohn. Busca información en la Crohn’s & Colitis Foundation (Fundación para la Colitis y la Enfermedad de Crohn).
- Únete a un grupo de apoyo. Si bien los grupos de apoyo no son para todos, te pueden proporcionar información valiosa acerca de tu afección, así como apoyo emocional. Los miembros del grupo suelen estar informados acerca de los tratamientos médicos o las terapias integrales más recientes. También te puede resultar tranquilizador relacionarte con otras personas con enfermedad de Crohn.
- Habla con un terapeuta. A algunas personas les resulta útil consultar con un profesional de salud mental que esté familiarizado con la enfermedad intestinal inflamatoria y las dificultades emocionales que puede provocar.
Si bien vivir con la enfermedad de Crohn puede ser desalentador, hay investigaciones en curso y el panorama está mejorando.
Preparación para la consulta
Los síntomas de la enfermedad de Crohn pueden llevarte, en primera instancia, a consultar al proveedor principal de atención médica. Es posible que el proveedor de atención médica te recomiende ver a un especialista que trata las enfermedades digestivas (gastroenterólogo).
Dado que las citas médicas pueden ser breves y es necesario tratar muchos temas, es recomendable que estés preparado. A continuación, incluimos información que te ayudará a prepararte y a saber qué puedes esperar del proveedor de atención médica.
Qué puedes hacer
- Ten en cuenta las restricciones previas a la cita médica. Cuando programes la cita médica, asegúrate de preguntar si hay algo que debas hacer con anticipación, como restringir tu dieta.
- Anota los síntomas que tengas, incluidos aquellos que quizás no parezcan estar relacionados con el motivo de la cita.
- Anota tu información personal esencial, como situaciones estresantes o cambios recientes en tu vida que sean importantes.
- Haz una lista de todos los medicamentos, las vitaminas o los suplementos que tomes.
- Pídele a un familiar o amigo que te acompañe a la cita. En ocasiones, puede ser difícil asimilar toda la información que surge en una cita. La persona que te acompañe podría recordar algún detalle que tú hayas pasado por alto u olvidado.
La preparación de una lista de preguntas antes de la visita puede ayudarte a sacar provecho de la misma. Organiza tus preguntas de la más a la menos importante por si no tienes tiempo suficiente para hacerlas todas. Estas son algunas preguntas básicas para hacer con respecto a la enfermedad de Crohn:
- ¿Cuál es la causa de los síntomas?
- ¿Existen otras causas posibles de mis síntomas?
- ¿Qué tipo de pruebas necesito hacerme? ¿Estas pruebas requieren alguna preparación especial?
- ¿Esta afección es temporal o duradera?
- ¿Cuáles son los tratamientos disponibles y cuál me recomienda?
- ¿Hay algún medicamento que deba evitar?
- ¿Qué tipos de efectos secundarios suele ocasionar el tratamiento?
- ¿Existen alternativas al enfoque que está sugiriendo?
- Tengo otras afecciones médicas. ¿Cuál es la mejor manera de controlarlas?
- ¿Debo respetar alguna restricción en la dieta?
- ¿Existe alguna alternativa genérica al medicamento que me receta?
- ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?
- Si tengo la enfermedad de Crohn, ¿cuál es el riesgo de que mi hijo la desarrolle?
- ¿Qué tipo de exámenes de seguimiento serán necesarios?
Además de las preguntas que hayas preparado, no dudes en hacer preguntas adicionales durante tu cita.
Qué esperar del médico
Es probable que el proveedor de atención médica te haga varias preguntas, entre las que se incluyan las siguientes:
- ¿Cuándo comenzaste a tener los síntomas?
- ¿Tus síntomas han sido constantes u ocasionales?
- ¿Cuál es la gravedad de los síntomas?
- ¿Inciden los síntomas en tu capacidad de trabajar o realizar otras actividades?
- ¿Existe algo que haga que los síntomas mejoren?
- ¿Hay algo que hayas notado que empeore los síntomas?
- ¿Fumas?
- ¿Tomas medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) de venta libre o con receta médica como, por ejemplo, ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros), naproxeno sódico (Aleve) o diclofenaco sódico?
Rafael Sanchez Cardona. M.D. M.Sc.
Médico y Cirujano de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, Especializado con Master en Gastroenterología, Hepatología y Endoscopia Digestiva de la Universidad Católica de Murcia (España)