Vida Integral

Descripción general

La hepatitis alcohólica es la inflamación del hígado a causa de la ingesta de alcohol.

Es más probable que la hepatitis alcohólica se presente en personas que beben en abundancia durante muchos años. Sin embargo, la relación entre la bebida y la hepatitis alcohólica es compleja. No todos los bebedores empedernidos desarrollan hepatitis alcohólica, y la enfermedad puede presentarse en personas que beben moderadamente.

Si te diagnosticaron hepatitis alcohólica, debes dejar de consumir alcohol. Las personas que continúan consumiendo alcohol enfrentan un riesgo alto de daño hepático y muerte.

Síntomas

El signo más común de la hepatitis alcohólica es la coloración amarillenta de la piel y la parte blanca de los ojos (ictericia).

Estos son otros signos y síntomas:

  • Pérdida de apetito
  • Náuseas y vómitos
  • Sensibilidad abdominal.
  • Fiebre, a menudo febrícula
  • Fatiga y debilidad.

La desnutrición es común en personas con hepatitis alcohólica. Ingerir grandes cantidades de alcohol suprime el apetito, y los bebedores empedernidos obtienen la mayoría de las calorías en forma de alcohol.

Los signos y síntomas adicionales que se producen con la hepatitis alcohólica grave incluyen los siguientes:

  • Acumulación de líquido en el abdomen (ascitis).
  • Confusión y cambios en el comportamiento debido a la acumulación de toxinas que el hígado suele destruir o eliminar.
  • Insuficiencia renal y hepática.

Cuándo consultar al médico

La hepatitis alcohólica es una enfermedad grave, a menudo mortal.

Consulta a tu médico si ocurre lo siguiente:

  • Tienes signos o síntomas de hepatitis alcohólica
  • No puedes controlar tu ingesta de alcohol
  • Te gustaría recibir ayuda para reducir tu consumo de alcohol

Causas

La hepatitis alcohólica se produce cuando el alcohol que bebes daña el hígado. No está claro de qué manera el alcohol daña el hígado ni por qué lo hace solamente en algunos bebedores empedernidos.

Se sabe que los siguientes factores desempeñan un papel en la hepatitis alcohólica:

  • El proceso del cuerpo para descomponer el alcohol produce químicos altamente tóxicos.
  • Estos químicos activan la inflamación que destruye las células del hígado.
  • Con el tiempo, las cicatrices reemplazan el tejido hepático sano, e interfieren con la función hepática.
  • Esta cicatrización irreversible (cirrosis) es la etapa final de la enfermedad hepática alcohólica.

Algunos de los factores que pueden contribuir a la hepatitis alcohólica son los siguientes:

  • Otros tipos de hepatitis. Si padeces hepatitis C y también bebes, así sea de manera moderada, es más probable que sufras de cirrosis que si no bebieras.
  • Desnutrición. En general, las personas que beben mucho están desnutridas porque comen mal o porque el alcohol y sus derivados impiden que el cuerpo absorba adecuadamente los nutrientes. La falta de nutrientes contribuye al daño de las células hepáticas.

Factores de riesgo

El mayor factor de riesgo para la hepatitis alcohólica es la cantidad de alcohol que consumes. No se sabe cuánto alcohol necesitas para que estés en riesgo de contraer hepatitis alcohólica. Sin embargo, la mayoría de las personas que padecen esta enfermedad tienen un historial de consumo de más de 3,5 oz (100 g), lo cual es equivale a siete vasos de vino, siete cervezas o siete tragos de bebida alcohólica de alta graduación, por día durante los últimos 20 años.

Sin embargo, la hepatitis alcohólica puede ocurrir entre quienes beben menos y tienen otros factores de riesgo.

Otros factores de riesgo incluyen los siguientes:

  • El sexo. Las mujeres parecen presentar mayor riesgo de desarrollar hepatitis alcohólica; esto puede deberse a las diferencias en la manera en que se procesa el alcohol en las mujeres.
  • Obesidad. Los bebedores empedernidos con sobrepeso tienen más probabilidades de desarrollar hepatitis alcohólica y de avanzar a una cirrosis.
  • Factores genéticos. Hay estudios que sugieren que puede haber un componente genético en las enfermedades hepáticas inducidas por el alcohol, aunque es difícil separar los factores genéticos de los factores ambientales.
  • Raza y origen étnico. Los afroamericanos y los hispanos podrían estar en mayor riesgo de sufrir hepatitis alcohólica.
  • Consumo compulsivo de alcohol. Tomar cinco o más tragos en un periodo de dos horas para hombres y cuatro o más para mujeres podría aumentar el riesgo de hepatitis alcohólica.

Complicaciones

Las complicaciones de la hepatitis alcohólica, que resultan del daño hepático grave, se relacionan con el tejido cicatrizal. El tejido cicatrizal puede retardar la circulación de sangre a través del hígado, y aumentar la presión de un vaso sanguíneo importante (vena porta) y la acumulación de toxinas. Las complicaciones incluyen las siguientes:

  • Dilatación de las venas (várices). La sangre que no puede fluir libremente a través de la vena porta puede retornar a otros vasos sanguíneos del estómago y del esófago. Estos vasos sanguíneos poseen paredes delgadas y es probable que sangren sin se llenan con demasiada sangre. El sangrado abundante en la parte superior del estómago o del esófago pone en peligro tu vida y requiere de atención médica inmediata.
  • Ascitis. Es posible que se infecten los fluidos que se acumulan en el abdomen y requieran tratamiento con antibióticos. La ascitis no es potencialmente mortal, pero generalmente es un signo de hepatitis alcohólica avanzada o cirrosis.
  • Confusión, somnolencia y dificultad del habla (encefalopatía hepática). Un hígado dañado tiene problemas para eliminar las sustancias tóxicas de tu cuerpo. La acumulación de sustancias tóxicas puede dañar el cerebro. Una encefalopatía hepática grave puede llevar al coma.
  • Insuficiencia renal. Un hígado dañado puede afectar la circulación sanguínea hacia los riñones, lo que ocasiona un daño a esos órganos.
  • Cirrosis. Esta cicatrización del hígado puede conducir a insuficiencia hepática.

Prevención

Para reducir el riesgo de desarrollar hepatitis alcohólica, sigue estos consejos:

  • Si bebes alcohol, que sea con moderación. En el caso de los adultos sanos, beber implica que las mujeres y los hombres mayores de 65 años pueden beber hasta una copa por día, y los hombres de 65 años o menores pueden beber hasta dos copas por día. La única manera de prevenir la hepatitis alcohólica es evitar el consumo de alcohol.
  • Protégete de la hepatitis C. La hepatitis C es una enfermedad hepática infecciosa que se produce por un virus. Sin tratamiento, puede conducir a la cirrosis. Si padeces hepatitis C y bebes alcohol, es mucho más probable que padezcas cirrosis.
  • Piensa antes de mezclar medicamentos con alcohol. Pregúntale a tu médico si es seguro beber alcohol en caso de que tomes ciertos medicamentos recetados. Lee las etiquetas de advertencia de los medicamentos de venta libre. No bebas alcohol si tomas medicamentos que advierten de complicaciones si se los combina con alcohol, en especial, analgésicos como el paracetamol (Tylenol, otros)

Diagnóstico

El médico llevará a cabo un examen físico y te preguntará sobre el consumo de alcohol en el presente y el pasado. Es importante ser honesto acerca del consumo de alcohol. Quizás el médico te pida permiso para consultar a tus familiares sobre tus hábitos de consumo de alcohol.

Para determinar si tienes enfermedad hepática, es posible que el médico te recomiende hacer lo siguiente:

  • análisis de la función hepática;
  • análisis de sangre;
  • una exploración del hígado mediante ecografía, tomografía computarizada o imagen por resonancia magnética;
  • una biopsia de hígado, si otras pruebas o estudios de diagnóstico por imágenes no brindan un diagnóstico claro o si corres el riesgo de padecer hepatitis por otras causas.

Tratamiento

El tratamiento para la hepatitis alcohólica requiere dejar de beber y realizar tratamientos para aliviar los signos y síntomas del daño hepático.

Dejar de beber

Si se te ha diagnosticado hepatitis alcohólica, debes dejar de beber alcohol para siempre. Es la única manera posible de revertir el daño hepático o de evitar que la enfermedad empeore. Las personas que no dejan de beber probablemente desarrollarán una variedad de problemas de salud potencialmente fatales.

Si eres adicto al alcohol y quieres dejar de beber, el médico puede recomendarte un tratamiento que se ajuste a tus necesidades. Dado que puede ser peligroso dejar de beber de manera repentina, si eres adicto, asegúrate de hablar con el médico sobre el plan a seguir.

Las opciones de tratamiento podrían incluir las siguientes:

  • Medicamentos
  • Asesoramiento psicológico
  • Alcohólicos Anónimos u otros grupos de apoyo
  • Programa de tratamiento residencial o ambulatorio.

Tratamiento para la desnutrición

Tu médico puede recomendarte una dieta especial para corregir los problemas nutricionales. Probablemente se te derivará a un nutricionista que pueda sugerirte maneras de aumentar el consumo de las vitaminas y los nutrientes que te faltan.

Si tienes problemas para alimentarte, es posible que tu médico te recomiende la alimentación por sonda. Se introduce un tubo por la garganta o el costado del cuerpo y dicho tubo llega hasta el estómago. Luego se administra una dieta líquida especial rica en nutrientes a través del tubo.

Medicamentos para reducir la inflamación del hígado

Si tienes hepatitis alcohólica grave, el médico podría recomendarte lo siguiente:

  • Corticosteroides. Estos medicamentos han demostrado tener beneficios a corto plazo en el aumento de la supervivencia de ciertas personas con hepatitis alcohólica grave. Sin embargo, los corticosteroides tienen efectos secundarios graves y, por lo general, no se recetan si sufres de insuficiencia renal, sangrado gastrointestinal o una infección.
  • Pentoxifilina.El médico puede recomendarte este medicamento antiinflamatorio si no puedes tomar corticosteroides. Se desconoce si la pentoxifilina (Pentoxil) tiene beneficios para la hepatitis alcohólica y los estudios no muestran resultados consistentes.

Trasplante de hígado

Para algunas personas que padecen hepatitis alcohólica grave, si no se hace un trasplante de hígado, el riesgo de muerte es alto.

Históricamente, las personas con hepatitis alcohólica no han sido candidatas para trasplantes de hígado por el riesgo de que vuelvan a tomar el hábito perjudicial de la bebida luego del trasplante. Sin embargo, según estudios recientes los pacientes con hepatitis alcohólica grave que fueron minuciosamente seleccionados tienen tasas de supervivencia del trasplante de hígado similares a las de los receptores de trasplantes de hígado con otros tipos de enfermedad hepática.

Para que el trasplante sea una opción, necesitarías lo siguiente:

  • Encontrar un programa que se ocupe de pacientes con trasplante de hígado que tengan hepatitis alcohólica
  • Cumplir con los requisitos del programa, que incluyen comprometerse de por vida a no beber alcohol, además de otros requisitos específicos del centro de trasplante

Cómo prepararte para la consulta

Es posible que te deriven a un especialista en enfermedades digestivas (gastroenterólogo).

Lo que puedes hacer

Cuando realices la consulta, pregunta sobre las restricciones, por ejemplo respecto de la alimentación que debes seguir para realizarte determinadas pruebas.

Haz una lista de lo siguiente:

  • Tus síntomas, incluidos los que quizás no parezcan estar relacionados con el motivo de la consulta, y cuándo comenzaron.
  • Todos los medicamentos, las vitaminas y otros suplementos que tomas, incluidas las dosis.
  • Información médica clave, como otras afecciones que puedas tener.
  • Información personal importante, incluido cualquier cambio o situación estresante reciente en tu vida. Realiza un seguimiento del consumo de alcohol por unos días para que el médico pueda saber cuánto alcohol bebes regularmente.
  • Preguntas para hacerle al médico.

Haz que un familiar o un amigo te acompañe, de ser posible, para ayudarte a recordar la información que recibas.

Preguntas para hacerle al médico

  • ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas? ¿Existen otras causas posibles?
  • ¿Qué análisis necesito? ¿Cómo debo prepararme para los análisis?
  • ¿Mi enfermedad es temporal o crónica?
  • ¿Cuáles son los tratamientos disponibles? ¿Cuál me recomienda?
  • Tengo otros problemas de salud. ¿Cómo puedo manejar mejor estas enfermedades en conjunto?

No dudes en hacer otras preguntas.

Qué puedes esperar de tu médico

Es probable que el médico te haga preguntas, incluidas las siguientes:

  • ¿Qué tan graves son tus síntomas? ¿Tus síntomas son ocasionales o constantes?
  • ¿Existe algo que haga que los síntomas mejoren o empeoren?
  • ¿Has tenido hepatitis o coloración amarillenta en la piel?
  • ¿Consumes drogas recreativas?
  • ¿Tu familia y tus amigos se preocupan por tu forma de beber? ¿Has tenido consecuencias sociales, como arrestos debido al consumo de alcohol?
  • ¿Te enojas o te pones ansioso cuando se habla sobre tu forma de beber?
  • ¿Te sientes culpable por tomar alcohol?
  • ¿Bebes por la mañana?

Rafael Sanchez Cardona. M.D. M.Sc.

Médico y Cirujano de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, Especializado con Master en Gastroenterología, Hepatología y Endoscopia Digestiva de la Universidad Católica de Murcia (España)

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