Vida Integral

Descripción general

El cáncer esofágico es el cáncer que ocurre en el esófago, un tubo largo y hueco que va desde la garganta al estómago. El esófago ayuda a mover la comida que se traga desde la parte posterior de la garganta hasta el estómago para ser digerida.

El cáncer de esófago generalmente comienza en las células que recubren su interior. El cáncer de esófago puede ocurrir en cualquier lugar a lo largo del esófago. El cáncer de esófago es más habitual en los hombres que en las mujeres.

El cáncer de esófago es la sexta causa más común de muertes por cáncer en todo el mundo. Las tasas de incidencia varían dentro de las diferentes ubicaciones geográficas. En algunas regiones, las mayores tasas de cáncer de esófago pueden atribuirse al consumo de tabaco y alcohol o a determinados hábitos nutricionales y a la obesidad.

Síntomas

Algunos de los signos y síntomas del cáncer de esófago son los siguientes:

  • Dificultad para tragar (disfagia)
  • Pérdida de peso sin proponérselo
  • Dolor, presión o ardor en el pecho
  • Acidez estomacal o indigestión que empeoran
  • Tos o ronquera

Por lo general, el cáncer de esófago incipiente no causa signos ni síntomas.

Cuándo debes consultar a un médico

Pide una cita con el médico si tienes signos y síntomas persistentes que te preocupen.

Si te diagnosticaron esófago de Barrett, una enfermedad precancerosa causada por el reflujo ácido crónico, el riesgo de tener cáncer de esófago es mayor. Pregúntale al médico qué signos y síntomas pueden indicar que la enfermedad está empeorando.

Los exámenes de detección del cáncer de esófago pueden ser una opción para las personas con esófago de Barrett. Si tienes esófago de Barrett, habla con el médico acerca de las ventajas y las desventajas de los exámenes de detección.

Causas

No se sabe con exactitud cuál es la causa del cáncer de esófago.

El cáncer de esófago se produce cuando las células del esófago desarrollan cambios (mutaciones) en su ADN. Los cambios hacen que las células crezcan y se dividan sin control. La acumulación de células anormales forma un tumor en el esófago que puede crecer e invadir las estructuras cercanas y extenderse a otras partes del cuerpo.

Tipos de cáncer de esófago

El cáncer de esófago se clasifica según el tipo de células que intervienen. Conocer el tipo de cáncer de esófago que presentas permite determinar tus opciones de tratamiento. Los tipos de cáncer de esófago comprenden:

  • Adenocarcinoma. El adenocarcinoma comienza en las células de las glándulas secretoras de mucosidad del esófago. Puede presentarse con mayor frecuencia en la parte inferior del esófago. El adenocarcinoma es la forma más común de cáncer de esófago en los Estados Unidos y afecta principalmente a los hombres blancos.
  • Carcinoma de células escamosas. Las células escamosas son células delgadas y planas que recubren la superficie del esófago. El carcinoma de células escamosas se produce con mayor frecuencia en las porciones superior y media del esófago. El carcinoma de células escamosas es el cáncer del esófago más frecuente en todo el mundo.
  • Otros tipos poco frecuentes. Algunas formas raras de cáncer de esófago incluyen el carcinoma de células pequeñas, el sarcoma, el linfoma, el melanoma y el coriocarcinoma.

Factores de riesgo

Se cree que la irritación crónica del esófago puede contribuir a los cambios que causan el cáncer de esófago. Los factores que producen irritación en las células del esófago y que aumentan el riesgo de tener cáncer de esófago incluyen:

  • La enfermedad por reflujo gastroesofágico
  • El tabaquismo
  • Los cambios precancerosos en las células del esófago (esófago de Barrett)
  • La obesidad
  • El consumo de bebidas alcohólicas
  • El reflujo biliar
  • Las dificultades para tragar debido a un esfínter esofágico que no se relaja (acalasia)
  • El hábito de beber líquidos muy calientes
  • La ingesta insuficiente de frutas y verduras
  • Los tratamientos de radioterapia en el pecho o en la parte superior del abdomen

Complicaciones

A medida que el cáncer de esófago avanza, puede causar complicaciones como las que se indican a continuación:

  • Obstrucción del esófago. El cáncer puede dificultar el paso de alimentos y líquidos a través del esófago.
  • Dolor. El cáncer de esófago avanzado puede provocar dolor.
  • Sangrado esofágico. El cáncer de esófago puede provocar sangrado. Si bien el sangrado, por lo general, es gradual, en ocasiones puede ser repentino e intenso.

Prevención

Puedes tomar medidas para reducir el riesgo de contraer cáncer de esófago. Por ejemplo:

  • Deja de fumar. Si fumas, habla con tu médico sobre estrategias para dejar de hacerlo. Existen medicamentos y asesoramiento psicológico para ayudarte a dejar de fumar. Si no usas tabaco, no empieces a hacerlo.
  • Si bebes alcohol, hazlo con moderación. Si eliges beber alcohol, hazlo con moderación. Para los adultos saludables, beber con moderación significa una bebida al día para las mujeres y hasta dos bebidas al día para los hombres.
  • Come más frutas y verduras. Agrega una variedad de frutas y verduras coloridas a tu dieta.
  • Mantén un peso saludable. Si tienes sobrepeso u obesidad, pregúntale al médico acerca de estrategias que te ayuden a perder peso. Ten como meta una pérdida de peso lenta y constante, entre 1 y 2 libras (de 0,5 a 1 kilogramo) por semana.

Diagnóstico

Algunas de las pruebas y de los procedimientos utilizados para diagnosticar el cáncer de esófago comprenden lo siguiente:

  • Estudio de la deglución con bario. Durante este estudio, tragas un líquido que incluye bario y luego te sometes a rayos X. El bario recubre el interior del esófago, que luego muestra cualquier cambio en el tejido en la radiografía.
  • Uso de un endoscopio para examinar el esófago (endoscopia). Durante la endoscopia, el médico te pasa un tubo flexible equipado con una lente de video (videoendoscopio) por la garganta hasta el esófago. Usando el endoscopio, el médico examina el esófago para detectar signos de cáncer o zonas irritadas.
  • Recolección de una muestra de tejido para análisis (biopsia). El médico puede usar un endoscopio especial que se hace pasar por la garganta hasta el esófago para tomar una muestra del tejido sospechoso (biopsia). La muestra de tejido se envía al laboratorio para detectar la presencia de células cancerosas.

Determinación de la extensión del cáncer

Una vez que se confirma el diagnóstico de cáncer de esófago, tu médico puede recomendar pruebas adicionales para determinar si tu cáncer se ha extendido a los ganglios linfáticos o a otras áreas del cuerpo.

Entre las pruebas, se pueden incluir las siguientes:

  • Broncoscopía
  • Ecografía endoscópica
  • Tomografía computarizada
  • Tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés)

Tu médico utiliza la información de estos procedimientos para asignar una etapa al cáncer que tienes. Los estadios del cáncer de esófago se indican con números romanos que van del 0 al IV, y los estadios más bajos indican que el cáncer es pequeño y afecta solo las capas superficiales del esófago. En el estadio IV, el cáncer se considera avanzado y se ha propagado a otras zonas del cuerpo.

El sistema de clasificación de la etapa del cáncer continúa evolucionando y se está volviendo cada vez más complejo a medida que los médicos mejoran el diagnóstico y el tratamiento. Tu médico utiliza tu estadio del cáncer para seleccionar los tratamientos adecuados para ti.

Tratamiento

El tratamiento que recibas contra el cáncer de esófago depende del tipo de células comprometidas, el estadio del cáncer, tu estado de salud general y tus preferencias.

Cirugía

La cirugía para extirpar el cáncer puede usarse sola o en combinación con otros tratamientos.

Algunas de las operaciones que se utilizan para tratar el cáncer de esófago son las siguientes:

  • Cirugía para extirpar tumores muy pequeños. Si el cáncer es muy pequeño, está limitado a las capas superficiales del esófago y no se ha diseminado, es posible que el cirujano recomiende extirpar el cáncer y la parte de tejidos sanos que lo rodean. La cirugía se puede hacer mediante un endoscopio que se pasa por la garganta hasta el esófago.
  • Cirugía para extraer una parte del esófago (esofagectomía). Durante la esofagectomía, el cirujano extrae la porción del esófago que contiene el cáncer, junto con una porción de la parte superior del estómago y los ganglios linfáticos cercanos. La parte que queda del esófago se vuelve a conectar al estómago. Por lo general, esto se realiza jalando el estómago hacia arriba, hasta llegar al esófago que queda.
  • Cirugía para extirpar parte del esófago y la parte superior del estómago (esofagogastrectomía). Durante la esofagogastrectomía, el cirujano extirpa parte del esófago, los ganglios linfáticos cercanos y una parte más grande del estómago. Luego, se jala hacia arriba el resto del estómago y se vuelve a conectar al esófago. De ser necesario, se utiliza parte del colon para ayudar a unir las dos partes.

La cirugía de cáncer de esófago conlleva un riesgo de complicaciones graves, como la infección, la hemorragia y el escape de la zona donde el esófago restante se vuelve a unir al estómago.

La cirugía para extirpar el esófago puede realizarse como un procedimiento abierto utilizando incisiones grandes, o introduciendo instrumentos quirúrgicos especiales por varias incisiones pequeñas en la piel (por laparoscopia). La forma en que se realiza la cirugía depende de tu situación individual y del enfoque particular de tu cirujano para manejarla.

Tratamiento de las complicaciones

Los tratamientos para la obstrucción esofágica y la dificultad para tragar (disfagia) pueden comprender los siguientes:

  • Liberación de la obstrucción esofágica. Si el cáncer te ha estrechado el esófago, es posible que un cirujano utilice un endoscopio e instrumentos especiales para colocar un tubo metálico (estent) a fin de mantener abierto el esófago. Entre las otras opciones se encuentran la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia, la terapia con láser y la terapia fotodinámica.
  • Proporcionar nutrición. Si tienes problemas para tragar o si te van a realizar una cirugía del esófago, el médico puede recomendar una sonda de alimentación. Una sonda de alimentación permite suministrar la nutrición directamente al estómago o al intestino delgado, lo que le da tiempo al esófago para curarse después del tratamiento oncológico.

Quimioterapia

La quimioterapia es un tratamiento con medicamentos que utiliza sustancias químicas para eliminar las células cancerosas. En las personas con cáncer de esófago, los medicamentos para quimioterapia por lo general se utilizan antes (neoadyuvantes) o después (adyuvantes) de la cirugía. La quimioterapia también se puede combinar con la radioterapia.

En las personas con cáncer avanzado que se ha diseminado más allá del esófago, puede utilizarse quimioterapia sola para ayudar a aliviar los signos y síntomas provocados por el cáncer.

Los efectos secundarios de la quimioterapia que experimentes dependen de los medicamentos de quimioterapia que recibas.

Radioterapia

La radioterapia utiliza haces de alta energía, como rayos X y protones, para destruir las células cancerosas. La radiación típicamente provendrá de una máquina fuera del cuerpo que dirige los rayos hacia el cáncer (radiación de haz externo). O, menos comúnmente, la radiación puede ser colocada dentro del cuerpo cerca del cáncer (braquiterapia).

En las personas con cáncer de esófago, la radioterapia muy a menudo se combina con quimioterapia. Normalmente se usa antes de la cirugía, u ocasionalmente después de la cirugía. La radioterapia también se utiliza para aliviar las complicaciones del cáncer de esófago avanzado, como cuando un tumor crece lo suficiente como para evitar que los alimentos pasen al estómago.

Los efectos secundarios de la radiación en el esófago incluyen reacciones cutáneas parecidas a las quemaduras por el sol, dolor o dificultad para tragar y daños en los órganos cercanos, como los pulmones y el corazón.

Quimioterapia y radiación combinadas

La combinación de quimioterapia con radioterapia puede aumentar la eficacia de cada tratamiento. Dicha combinación puede ser el único tratamiento que recibas, o bien puede utilizarse antes de la cirugía. Sin embargo, la combinación de quimioterapia con radioterapia aumenta la probabilidad y la gravedad de los efectos secundarios.

Terapia con medicamentos con diana específica

Los tratamientos farmacológicos dirigidos se enfocan en debilidades específicas de las células cancerosas. Al bloquear estas debilidades, los tratamientos farmacológicos dirigidos pueden producir la muerte de las células cancerosas. En el caso del cáncer de esófago, los medicamentos dirigidos suelen combinarse con quimioterapia para cánceres avanzados o que no responden a otros tratamientos.

Inmunoterapia

La inmunoterapia es una farmacoterapia que ayuda al sistema inmunitario a combatir el cáncer. El sistema inmunitario de tu cuerpo que combate la enfermedad podría no atacar el cáncer porque las células cancerosas producen proteínas que dificultan que las células del sistema inmunitario reconozcan a las células cancerosas como peligrosas. La inmunoterapia funciona porque interfiere en ese proceso. En el caso del cáncer de esófago, la inmunoterapia puede utilizarse cuando el cáncer está avanzado, el cáncer ha regresado o el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo.

Medicina alternativa

Las terapias complementarias y alternativas pueden ayudarte a afrontar los efectos secundarios del cáncer y del tratamiento oncológico. Por ejemplo, las personas con cáncer de esófago pueden experimentar dolor provocado por el tratamiento oncológico o por un tumor en crecimiento. El médico puede trabajar para controlar el dolor tratando la causa o con medicamentos. Aun así, el dolor puede persistir, y las terapias complementarias y alternativas pueden ayudarte a enfrentarlo.

Estas son algunas opciones:

  • Acupuntura
  • Visualización dirigida
  • Masoterapia
  • Técnicas de relajación

Pregúntale al médico si estas opciones son seguras para ti.

Estrategias de afrontamiento y apoyo

Afrontar la conmoción, el temor y la tristeza que conlleva un diagnóstico de cáncer puede llevar tiempo. Es posible que te sientas abrumado justo cuando tienes que tomar decisiones importantes. Con el tiempo, cada persona encuentra una manera de afrontar el diagnóstico y de aceptarlo.

Considera intentar lo siguiente hasta que encuentres lo que te brinde más consuelo:

  • Busca información suficiente sobre el cáncer de esófago para tomar decisiones sobre tu atención médica. Pídele al médico detalles sobre el cáncer, como el tipo y la etapa. Y pídele que te recomiende fuentes de información donde puedas aprender más sobre tus opciones de tratamiento. El Instituto Nacional del Cáncer y la Sociedad Americana contra el Cáncer son buenos lugares para comenzar.
  • Mantener contacto con tu familia y tus amigos. Tus amigos y familiares pueden brindarte una red de apoyo importante durante el tratamiento oncológico. A medida que empieces a contarles a las personas sobre tu diagnóstico de cáncer de esófago, probablemente te ofrezcan ayuda. Piensa con anticipación sobre las cosas en las que quisieras que te ayuden, ya sea tener a alguien con quien hablar cuando te sientas desanimado u obtener ayuda para preparar las comidas.
  • Busca a alguien con quien hablar. Quizás tengas algún amigo cercano o familiar que sepa escuchar. O habla con un asesor, trabajador social médico o asesor pastoral o religioso.
    Piensa en unirte a un grupo de apoyo para personas con cáncer. Es posible que encuentres fuerzas y ánimo al estar con otras personas que están enfrentando las mismas dificultades que tú. Pregúntale al médico, enfermero o trabajador social sobre los grupos que hay en tu zona. O visita los foros de mensajes en línea, como los que están disponibles a través de la Sociedad Americana contra el Cáncer.

Preparación para la consulta

Si el médico de cabecera sospecha que tienes cáncer de esófago, puedes ser remitido a varios médicos que te ayudarán a evaluar tu afección. El equipo de atención médica puede comprender a especialistas en lo siguiente:

  • La evaluación del esófago (gastroenterólogos)
  • El tratamiento del cáncer con quimioterapia y otros medicamentos (oncólogos)
  • La realización de cirugías (cirujanos)
  • El uso de radiación para tratar el cáncer (oncólogos radioterápicos)

Para aprovechar al máximo tu cita, es aconsejable ir bien preparado. A continuación, incluimos información que te ayudará a prepararte y a saber qué puedes esperar del médico.

Qué puedes hacer

  • Ten en cuenta cualquier restricción previa a la cita. Cuando programes la cita, pregunta si hay algo que debas hacer con anticipación, como restringir tu dieta.
  • Anota los síntomas que tengas, incluidos aquellos que quizás no parezcan relacionados con el motivo de la cita.
  • Anota tu información personal más importante, como episodios de estrés o cambios recientes en tu vida.
  • Haz una lista de todos los medicamentos, las vitaminas o los suplementos que tomes.
  • Considera pedirle a un familiar o a un amigo de confianza que te acompañe. La persona que te acompañe podría recordar algún detalle que tú hayas pasado por alto u olvidado.
  • Escribe preguntas para hacerle al médico.

Preparar una lista de preguntas te ayudará a aprovechar al máximo tu tiempo con el médico. Algunas preguntas básicas para hacerle al médico sobre el cáncer de esófago son las siguientes:

  • ¿Dónde está ubicado el cáncer de esófago?
  • ¿Cuán avanzado está el cáncer?
  • ¿Puede explicarme el informe de patología?
  • ¿Qué otras pruebas debo hacerme?
  • ¿Cuáles son mis opciones de tratamiento?
  • ¿Cuáles son los posibles efectos secundarios de cada opción de tratamiento?
  • ¿Qué opción de tratamiento considera que es la más adecuada?
  • ¿Qué le recomendaría a un amigo o familiar en mi situación?
  • ¿Debería consultar a un especialista?
  • ¿Tiene folletos u otros materiales impresos que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?
  • ¿Qué determinará si debo programar una visita de seguimiento?

No dudes en hacer cualquier otra pregunta que te surja durante la cita.

Rafael Sanchez Cardona. M.D. M.Sc.

Médico y Cirujano de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, Especializado con Master en Gastroenterología, Hepatología y Endoscopia Digestiva de la Universidad Católica de Murcia (España)

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